En un caso sin precedentes que ha sacudido a Finlandia, Julius Kivimäki, un joven hacker previamente identificado como uno de los ciberdelincuentes más buscados de Europa, ha sido condenado a seis años y tres meses de prisión. Kivimäki fue encontrado culpable de chantajear a aproximadamente 33,000 pacientes tras haber robado datos confidenciales de la mayor empresa de psicoterapia del país, Vastaamo.
El ataque comenzó cuando Kivimäki irrumpió en las bases de datos de Vastaamo y obtuvo acceso a notas íntimas y sensibles de las terapias de miles de personas. Tras un intento fallido de extorsionar a la empresa por un rescate de 400,000 euros, el hacker optó por un enfoque más directo, enviando correos electrónicos a los pacientes afectados, amenazando con revelar sus datos personales y detalles de sus terapias si no pagaban 214 dólares.
El chantaje de Kivimäki ha tenido consecuencias devastadoras, incluyendo al menos un suicidio relacionado con la filtración de los datos. Durante el juicio, se describió a Kivimäki como una persona “despiadada” que se aprovechó “de la debilidad especial de otra persona”, en referencia a los pacientes que buscaban ayuda psicológica.
Tiina Parikka, una de las víctimas, expresó su alivio por la condena aunque señaló que la duración de la sentencia parecía insuficiente dado el número de afectados. Parikka, como muchos otros, sufrió una recaída en su salud mental como resultado directo del chantaje.
El caso también ha puesto en tela de juicio la seguridad de los datos personales en el sector de la salud mental, con el CEO de Vastaamo, Ville Tapio, condenado previamente por no proteger adecuadamente la información confidencial de sus clientes. Tapio recibió una sentencia suspendida de tres meses.
Este caso destaca la importancia de la seguridad cibernética y la protección de datos personales, especialmente en sectores sensibles como la salud mental. Aunque la sentencia marca un cierre para el proceso penal, se anticipa que seguirán procedimientos civiles para buscar compensaciones para las víctimas afectadas por este crimen cibernético que marcó un antes y un después en la historia judicial de Finlandia.
