La boxeadora argelina Imane Khelif se consagró campeona olímpica en la categoría de 66 kilos tras vencer a la china Liu Yang en la final de París 2024. Esta victoria no solo representa un logro deportivo histórico para Argelia, sino también una respuesta contundente a los cuestionamientos sobre su género que la han perseguido en los últimos tiempos.
Khelif, de 25 años, se vio envuelta en una polémica desde que ganó una pelea en tan solo 45 segundos, lo que despertó sospechas sobre sus niveles de testosterona. La boxeadora fue descalificada del campeonato mundial del año pasado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), dominada por Rusia, por supuestamente no pasar una prueba de elegibilidad para las competencias femeninas.
Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) defendió el derecho de Khelif a competir en París y calificó las pruebas de la IBA como defectuosas. El presidente del COI, Thomas Bach, incluso tildó las críticas hacia la boxeadora de “discurso de odio”.
Khelif, por su parte, denunció que la persecución que sufre “socava la dignidad humana” y pidió el fin de la intimidación a los atletas. Afirmó que una medalla de oro sería “la mejor respuesta” a las críticas, y así lo hizo.
¡Medalla de Oro para Imane Khelif!
En sus caras fachas de mierda. pic.twitter.com/kay4soQaU6
— Robertico (@MarioRobertoP) August 9, 2024
El público de Roland Garros se volcó en apoyo a Khelif, quien recibió el aliento de sus compatriotas y del público en general. La boxeadora se convirtió en la segunda medallista de oro en el boxeo de su país, después de Hocine Soltani en 1996.
La victoria de Khelif es un triunfo deportivo y personal. No solo calló las críticas sobre su género, sino que también demostró su talento y determinación en el ring. Su historia es un ejemplo de superación y resiliencia, y un recordatorio de que el deporte debe ser un espacio de inclusión y respeto para todos.
